El Camping Huerta Romero es en realidad un jardín botánico, en el que cuatro generaciones de una familia han venido plantando árboles y plantas (más de 150 especies diferentes), traídas de distintos países y continentes. En él podemos descubrir desde el africano árbol del ébano hasta las bellas cassias venezolanas, pasando por los pinos de Alepo, pinos piñoneros, olmos, papayas, frangipanes, cafetos, guanábanos, etc., o los hermosos “Cactus de Hoja Ancha”, y “Reina de la Noche”, espectaculares cuando florecen, siempre en horario nocturno.
Al abrigo de los árboles, y en función de la fecha, se pueden observar diferentes especies de aves: verdecillos, jilgueros, mirlos, currucas, carriceros, lavanderas, autillos, tórtolas, etc. También vencejos y murciélagos.
Árboles, arbustos y numerosas plantas están identificados y catalogados por el nombre común, el de la especie a la que pertenecen y el país o área geográfica de procedencia. El amor por las plantas de las propietarias las animó en esta tarea, que ha despertado gran interés entre los clientes, muchos de los cuales realizan consultas sobre botánica, hacen fotos, se llevan semillas, y en cualquier caso les resulta placentero estar rodeados por tan diferentes especies vegetales, que son una fuente de conocimiento y de educación ambiental. Como muestra del interés que las plantas despiertan, en pleno verano, cuando van a florecer los cactus “Reina de la Noche” o “De hoja ancha”, siempre en horas nocturnas, los clientes son avisados previamente. Es gratificante ver a media noche una concentración de personas provistas de sus cámaras o teléfonos móviles, situadas delante de los cactus, esperando que se desplieguen los pétalos para inmortalizar esa espectacular floración. Tanto como escuchar sus exclamaciones ante la belleza de las flores una vez abiertas.
El camping es un espacio natural, un trozo de campo que debe relajar el espíritu, y si es posible, deleitar los sentidos. La vista: con el color y la forma de las flores. El olfato: con el aroma de muchas de ellas. Y el oído: con los trinos de los cientos de pájaros que viven con nosotros.
¡Los amaneceres y atardeceres son deliciosos conciertos al aire libre!
Invitamos a nuestros clientes a que disfruten con todo ello.